01 Jun
Síntomas del Albinismo

Los signos y síntomas del albinismo se presentan en la piel, el cabello, el color de los ojos y la visión.

Piel

La forma de albinismo más identificable es el cabello blanco y la piel de color muy claro en comparación con la de los hermanos. El color de la piel (pigmentación) y el color del cabello pueden variar de blanco a castaño, y pueden ser casi iguales a los de los padres o hermanos que no tienen albinismo.

Con la exposición al sol, algunas personas pueden presentar:

  • Pecas.
  • Lunares, con o sin pigmentación; los lunares sin pigmentación generalmente son de color rosa.
  • Manchas grandes similares a las pecas (lentigos).
  • Quemaduras solares y la incapacidad de broncearse.

En algunas personas con albinismo, la pigmentación de la piel nunca cambia. En otras, la producción de melanina puede comenzar o aumentar durante la infancia o la adolescencia, lo que ocasiona leves cambios en la pigmentación.

Cabello

El color del cabello puede variar de muy blanco al marrón. Las personas de ascendencia africana o asiática que tienen albinismo pueden tener el cabello de color amarillo, rojizo o marrón. El color del cabello también puede oscurecerse al inicio de la adultez o a causa de la exposición a minerales que se encuentran normalmente en el agua y el ambiente y, por lo tanto, se verá más oscuro con la edad.

Color de los ojos

Las pestañas y las cejas a menudo están pálidas. El color de los ojos puede variar de un azul muy claro a marrón, y puede cambiar con la edad.

La falta de pigmento en la parte con color de los ojos (el iris) hace que el iris sea un poco traslúcido. Esto significa que el iris no puede bloquear por completo la luz que puede entrar al ojo. A causa de esto, los ojos de color muy claro pueden parecer rojos según la luz.

Visión

El deterioro de la visión es una característica clave de todos los tipos de albinismo. Los problemas que afectan al ojo incluyen lo siguiente:

  • Movimiento lateral rápido e involuntario de los ojos (nistagmo)
  • Movimiento de la cabeza, de rebote o inclinación, para reducir los movimientos involuntarios de los ojos y ver mejor
  • Incapacidad de ambos ojos de enfocarse en el mismo punto o moverse al mismo tiempo (estrabismo)
  • Miopía o hipermetropía extrema
  • Sensibilidad a la luz (fotofobia)
  • Curvatura anormal de la superficie frontal del ojo o de la lente interna del ojo (astigmatismo) que causa visión borrosa
  • Desarrollo anormal de la retina que ocasiona una visión reducida
  • Señales nerviosas de la retina al cerebro que no siguen los trayectos nerviosos normales (decusación anómala del nervio óptico)
  • Percepción pobre de la profundidad
  • Ceguera legal (visión de menos de 20/200) o total
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